sábado, 26 de agosto de 2017

Pinceladas sobre la Música en la Antigua Grecia

Son escasas las obras musicales de la Antigua Grecia que han llegado hasta nuestros días. Algunos fragmentos de composiciones de la época, se conservan en museos como el Louvre, escritos en trozos de papiros o grabados en lápidas de mármol.

En la cultura griega, el término μουσική  (música), no se refería sólo al arte de los sonidos, sino que comprendía también el texto poético y la danza; El músico era frecuentemente el autor tanto de la melodía como del texto y las coreografías. Se empezó probablemente a escribir música entre el siglo V y el IV a.C., mediante un sistema alfabético que distinguía las notaciones vocales de las instrumentales, pero la composición y la transmisión siguieron siendo sobre todo, orales.

Los instrumentos más habituales, con los que se acompañaba el canto de los poetas y los coros de las tragedias, eran la lira /λύρα, hecha con un caparazón de tortuga y cuerdas de tripa o tendones en su concavidad que en inicio, parece ser que eran tres.



La  música estaba considerada como un medio eficaz para la educación moral de los ciudadanos. En Atenas formaba parte de la instrucción primaria, junto con la escritura, y en Esparta, los jóvenes recibían formación musical, puesto que la cadencia rítmica de los coros, se consideraba preparatoria para la disciplina en los movimientos de los batallones, ya que el aulós / αὐλός (flauta griega que hoy da nombre a un tipo de flauta), y los cantos, acompañaban los desplazamientos del ejército. También en los gimnasios, el entrenamiento estaba dirigido por la misma.
La presencia de la música era elemento indispensable asimismo en ceremonias públicas, tanto civiles como religiosas.



Datada en el siglo I aproximadamente, el "Epitafio de Seikilos", es la única composición musical completa de la Antigua Grecia que ha llegado hasta nuestros días. Se trata de una inscripción epigráfica sobre una columna de mármol, que se colocó sobre la tumba que Seikilos hizo construir para su esposa Euterpe (de igual nombre que la musa de la música), en Aydin (en la actual Turquía). El texto nos habla de la brevedad de la vida, y la melodía, escrita en modo frigio y género diatónico, se desenvuelve en un ámbito de octava justa. El tema, de tonalidad melancólica, clasificado como skolion o canción para beber, y cuyo tempo se desconoce, está precedido por el siguiente texto:

"Soy una imagen de piedra. Seikilos me puso aquí, donde soy por siempre, el símbolo de la evocación eterna. Mientras vivas, brilla, no sufras por nada en absoluto. La vida dura poco, y el tiempo exige su tributo".

Fue descubierta en 1883 por Sir W. M. Ramsay en Turquía y conservada en un museo de Esmirna hasta que desapareció en 1922 durante la denominada "Catástrofe de Asia Menor", en la que la ciudad de Esmirna fue devastada. Posteriormente, se rencontró, desgastada en su base y con la última línea del texto borrada, en poder de una mujer turca que la usaba para apoyar una maceta en su jardín. Hoy se encuentra en el Museo Nacional de Dinamarca, en Copenhague.


Elemento el musical, parte integral de la cultura en la Antigua Grecia, se reflejó en numerosos frescos, vajillas y otras muestras pictóricas, reflejo evidente de su importancia en los actos sociales.

El origen de la propia palabra: "música", procede por otra parte, de la denominación como "musas", de las hijas de Zeus que inspiraban la creación.

Los principales instrumentos eran la lira, la cítara, el citado aulós -una especie de oboe-, la flauta, el hydraulis -un precursor del órgano-, la corneta o trompeta y algún otro elemento de percusión.

El Himno al Dios Apolo, -Dios del vaticinio y de la música-, es una llamada a embriagarse de belleza y armonía. La lira es el instrumento por excelencia que le representa. Ésta le fue dada por Hermes, de ahí que como la primera vez, a posteriori, la base de la misma fueran los caparazones de las tortugas.

Apolo se acabó identificando con Helios y su hermana Artemisa con Selene: Los Dioses solar y lunar. Era un Dios libertino, que de hecho, castigó a la joven Casandra* -hija de los Reyes de Troya-, con la videncia, un regalo envenenado, pues e le condenó a vertir videncias que nadie creyera. Esto fue así puesto que Casandra se negó al amor del Dios en respuesta a la obtención de su don. Fue junto con Lacoonte, la persona que vaticinó el engaño del Caballo de Troya.
Algunas versiones narran cómo su familia le llegó a encerrar, creyéndola transtornada, y enloqueció.

Se dice que Casandra influyó sobre Esquilo -dramaturgo considerado el primer representante de la tragedia griega. Como dato curioso biográfico, destaca su participación en "La Batalla de Maratón", en la Primera Guerra Médica (lucha ateniense contra la invasión persa); Precisamente este capítulo se destacó en su epitafio sepultural.
Curiosamente, su muerte la causó un quebrantahuesos que lanzó sobre su cabeza una tortuga, para romper el caparazón de ésta, creyendo que se trataba de una roca, siendo el caparazón de una tortuga, la base del instrumento por excelencia de Apolo.


*En época moderna, el famoso grupo ABBA se basó en este mito en su canción: "Casandra".