sábado, 25 de junio de 2016

La elegancia del Imperio en el S.XXI

Popea apretó entre sus manos las trenzas de cabello postizo, tensándolas fuertemente, mientras Emilia Paula con la subucula y la stola colocadas en sus brazos a modo de perchero, la apremiaba para que se terminara de peinar. Acabó por soltar la vestimenta encima de un diván y ayudarla en el laborioso trabajo de “hacerse el pelo”.

- “Llegaremos tarde, como siempre”- dijo, colocando las mechas postizas sobre el cabello de Popea y clavándole un gancho con muchas ganas-. Popea ni se inmutó, no le iba a dar el placer de que la oyera quejarse, sólo se giró la miró y le apretó en el antebrazo a modo de caricia para tranquilizarla.

- “No me hagas la pelota;  ya está, venga… ¡A vestirse!”

La subucula se deslizó suavemente sobre el cuerpo desnudo de Popea, sintió un escalofrío erizándole la piel al sentir el contacto de la seda sobre su cuerpo. La stola se acopló como una tercera piel al cuerpo de la patricia. Un cinturón bajo el pecho, hacia resaltar sus voluptuosas curvas de romana noble. Emilia Paula sacudió la tela roja de tres metros que extrajo de una bolsa de tela y se la colocó, primero por el hombro izquierdo, pasándoselo por la cabeza y por debajo del brazo derecho, para finalmente envolvérsela  en el antebrazo izquierdo, sacó una esponjilla llena de alfileres con cabeza y empezó a insertarlos en la tela y en las trenzas que Popea lucía en su cabeza. Esta vez la patricia sí que gritó. La miró de frente clavándole sus verdes ojos a modo de gladius, respiró hondo y la dejó seguir… en ese momento sonó el móvil, era Cayo Vocconio que impaciente las esperaba en el Templo de Diana.


No, no estamos en la antigua Roma, estamos en Sagunto, el 11 de Junio del año 2016. Para muchas personas vestirse de romana puede resultar un juego o simplemente  una caracterización, pero para la mujer saguntina vestirse de romana es sentir su patrimonio, su cultura; Vestirse de romana para una saguntina es todo un ritual, como para los toreros puede ser vestirse con un traje de luces. 



Desde el momento en que te colocas la ropa, la sangre empieza a fluir por tus venas y tu adrenalina sube, sientes mariposas en el estómago, como cuando te enamoras, y recuerdas cómo de pequeña has jugado entre tus ruinas romanas al escondite y cuánta ropa interior has roto, dejándote arrastrar sobre las piedras. Para una saguntina vestirse de romana es un honor y un placer que jamás olvidará en su vida.
 

                                                                                   Pilar Madrid (Saguntum Civitas).
                                                                           



Apéndice:

Idea original: Pilar Madrid y Colvm Rozas.
Texto: Pilar Madrid.
Autoría del material fotográfico: Kivi Osma, Roberto Martínez, Ximo Martínez, David Piqueras y Maite Rodríguez.
Composición: Colvm Rozas.

Prendas romanas mencionadas:

SUBUCULA: Túnica interior hecha de seda o lino, realizada de una sola pieza y con mangas, lo que otorgaba mayor comodidad.
STOLA: Túnica de seda lino o algodón que se colocaba sobre la subucula.
PALLA: Manto cuadrado o rectagular, que iba de la cabeza a los pies. Se utilizaba enganchado al pelo formando un velo trasero.
PATAGIUN: Cinturón que se ponía sobre la stola.



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