domingo, 19 de junio de 2016

La esencia de Minerva en Barcino. VI Jornadas Romanas de Barcelona.

Entre comerciantes, ejército romano y gladiadores, paseo por la Feria Romana de Barcelona y de entre los artesanos, uno de ellos me llama especialmente la atención, por lo trabajadas que están sus piezas, por el realismo del que están dotadas y... ¡Porque el escultor está delante mío, dando vida a una figura!

Pero no sólo me llama la atención a mí: La parada de Francesc y María tiene un claro efecto imán: Observo que personas de todas las nacionalidades -sudamericanos, franceses, japoneses, ingleses-, y edades -¡También niños y adolescentes!-, valoran su trabajo.




Los artistas como Francesc, son los que nos demuestran que todavía es posible rescatar la grandeza de la destreza y la creatividad humanas, frente a la producción en serie y los estilos impuestos: Porque nos contagian del entusiasmo con el que viven su arte, porque son capaces de expresar multitud de temáticas, y situaciones, con su imaginación y sus manos.
Ése es el más maravilloso y auténtico arte: El que nadie tiene que explicar, porque la ilusión con la que está moldeada cada pieza, hace que cada una de ellas hable por sí misma, convertida en un pequeño trozo de realidad de barro o de bronce. El que da forma a esos símbolos, de los que cuando visitamos una feria temática, nos queremos empapar o llevárnoslos a casa para disfrutarlos cada día.




Se acercan jóvenes a preguntarles por sus talleres y yo me imagino a Francesc, desde mi óptica romana, moldeando a Marte, Mercurio, o por supuesto, a Minerva, explicando no sólo las técnicas a emplear, sino también por qué las alas de Mercurio las realiza de una manera u otra según lo que le inspira la figura que moldea en ese instante, o cómo Minerva tiene que tener una referencia ateniense en su pedestal, o por qué a Marte hoy le apetece ornamentarlo con uvas y no con trigo o si tal vez vamos a modelarle también junto con Rómulo y Remo...








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